El Fiscal Guillermo Monti encabezó la investigación inicial y logró elevar la causa a Juicio. Allí se sucedieron extensas jornadas de debate, en la que los dos acusados negaban sistemáticamente lo que luego se comprobó cierto en el proceso. 

 

Así lo aseveró el Dr Fernando Moyano, que representó a la familia de las víctimas.

 

Todo comenzó en 2015, cuando los dos violadores comenzaron a abusar sexualmente de sus dos medias hermanas –menores de edad-, dado que comparten el mismo padre. 

 

El 22 de noviembre de 2020, una de las pequeñas, que al parecer no encontró otra salida al infierno que estaba viviendo, decidió quitarse la vida. 

Allí comenzó el proceso judicial que culminó con la condena a perpetua para ambos imputados. La Justicia determinó que los abusos sexuales a los cuales fueron sometidas las víctimas, llevaron a que una de ellas tomara la fatal decisión antes mencionada. 

 

Decidimos no publicar sus nombres aquí para preservar a la jovencita que está con vida, quien ya padece algunas secuelas emocionales y mentales por lo acontecido. 

 

Los dos acusados fueron condenados por los delitos de “abuso sexual gravemente ultrajante continuado agravado por el grave daño a la salud psíquica, el vínculo, la situación de convivencia preexistente y abuso sexual con acceso carnal continuado por el grave daño a la salud psíquica, el vínculo, la situación de convivencia preexistente, agravados por el resultado muerte, en perjuicio de la menor E.M.C., en concurso ideal con el delito de promoción a la corrupción de menores de edad agravado”. 

 

Y en el otro caso paralelo, vinculada a la jovencita que logró salvarse, la Justicia falló condenando a los dos jóvenes por: “abuso sexual gravemente ultrajante continuado agravado por el grave daño en la salud de la víctima, por el vínculo y por la situación de convivencia preexistente, en concurso ideal, con el delito de corrupción de menores agravado”

 

Moyano sostuvo que la prueba fue contundente para poder llegar a este resultado que al menos hizo justicia, aunque nadie podrá recuperarse del horror de la pérdida de una vida tan joven.