Los festivales o fiestas populares ocupan un lugar importante en el corazón de la gente. En muchos casos, y sobre todo para las familias humildes, este tipo de festividades se convierten en el único fin de semana de vacaciones que tienen en el año. 

 

Ubicados en ese contexto, varias municipalidades del norte de Córdoba vienen haciendo magia económica para organizar una grilla aceptable y accesible. 

 

La zigzagueante situación económica que transita el país está complicando a las comisiones que contratan artistas, logística y otras necesidades con varios meses de anticipación.

 

Ante este escenario, los intendentes están siendo cautelosos a la hora de contratar un artista convocante por su elevado cachet. Así mismo, retocaron onerosamente sus presupuestos para tener margen ante alguna contingencia. 

 

Por ejemplo, un artista convocante aumentó su contratación en un 200 por ciento con respecto a los primeros meses del año y, en otros casos, un 300 o 400 por ciento.

 

“Un grupo que valía 3.5 millones de pesos el año pasado, hoy cuesta más de 20 millones, es imposible contar con un número así”, dijo a Mirá El Norte una integrante de una comisión festivalera de la región. 

 

La incómoda situación ha llevado a los mandatarios municipales a echar mano para confeccionar agendas populares que rozan lo austero y con entradas que compliquen la participación de las familias.

 

“Contratamos artistas para que el festival no pierda la esencia. La entrada de un festival para el verano tendría que valer $3.000 o $3.500 pesos, pero es imposible que las familias paguen eso. El déficit lo vamos afrontar los municipios”, aclaró otro Jefe Comunal del norte. 

 

AÑO ELECTORAL 

 

Otro punto que no pasa desapercibido es que el año 2023 es electoral, una oportunidad donde unos cuantos la aprovecharán para tirar la casa por la ventana y eso se verá con el tiempo.