Con Los Caligaris y Los Tekis, Cosquín fue el lugar más feliz del mundo

En la tercera luna del Festival de Folklore, la banda cordobesa hizo su debut con un show infalible y muy bien logrado que tuvo invitados y perlitas. Antes, el grupo jujeño transformó la plaza en un boliche.

Sociedad 24/01/2023

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“El que ríe último, ríe mejor”, fue la frase con la que Los Caligaris cerraron la conferencia de prensa antes de presentarse por primera vez en el Festival de Folklore de Cosquín. Ese dicho no fue casual en la boca de uno de los integrantes de la banda cordobesa, encargada del cierre de la tercera luna de esta edición 2023 ante una plaza casi repleta y extasiada que festejó cada una de sus canciones y ocurrencias.
 
Fue absolutamente justo y merecido el desembarco del grupo nacido en el barrio Residencial América después de 25 años de trayectoria y crecimiento sostenido. Si bien desde sus comienzos supieron representar con gran destreza el sentir cordobés, de un tiempo a esta parte lograron incluir toda esa manifestación dentro de un show en verdad fascinante para cualquier tipo de público.
 
El lema es simple y contundente: el que no salta, baila y se divierte con el espectáculo de Los Caligaris y su archi contagioso “espíritu payaso” es realmente un aburrido. Fue encantador ver como adultos mayores, familias, chicos y chicas y prácticamente todos los presentes en la Próspero Molina los esperaron hasta cerca de las 2.30 de la madrugada y fueron parte del hechizo.
 
 
CÓMO FUE EL SHOW DE LOS CALIGARIS EN COSQUÍN 2023
 
Si a eso le sumamos que la banda preparó varias perlitas especiales para Cosquín, la ecuación cerró a la perfección. Después de un arranque bien arriba con Todos locos que incluyó salida de los cantantes de unas carpitas circenses, acrobacias y derroche de energía, quedó claro que la combinación de entretenimiento más buenas canciones estaba garantizada.
 
Luego llegó la dosis cuartetera con el festejado hit Nadie es perfecto, interrumpido con gracia para un “Aquiiiií Cosquiiiín” improvisado de Juan Taleb e luego inmortilizar ese momento con una foto grupal ante una plaza eufórica. No se cansaron de decirlo: para la banda estar en el festival fue un sueño cumplido.
 
Pasó la presentación especial para las dos mujeres de la banda, la virtuosa guitarrista Marian Pellegrino y la reciente incorporación, la trombonista Guillermina Young, y enseguida llegó el coro de la plaza y los papelitos (Razón).
 
 
INVITADOS Y ESPÍRITU MUNDIALISTA
 
También hubo momento emotivo con Martín Pampiglione recordando su infancia en el circo de sus abuelo Muñoz, acompañado por visuales de esa época (para destacar la utilización de las pantallas durante todo el show) e invitados como el charanguista Pachi Herrera y la sanjuanina Claudia Pirán, quien regresó al festival luego de muchos años.
 
No faltaron las versiones en clave “caligari” preparadas para la ocasión: una de Viva Córdoba de Los del Suquía y una muy lograda del tango Volver con Carlos Gardel (”el cantante argentino más famoso del mundo” según dijeron) cantando desde las pantallas.
 
En la recta final llegó un momento muy esperado cuando invitaron a Los Tekis para Asado y fernet (¿el tema más cordobés del mundo?) y pusieron a todos a revolear lo que tuvieran a mano (hasta ponchos) en un clásico de sus shows (Kilómetros) que provocó una de las postales inolvidables de esta edición. En el cierre, prometieron regresar al festival “caminando”, recibieron una distinción por sus 25 años y cerraron con espíritu mundialista (Quiero cumbia). Si hasta en el baño de hombres se escuchó el infaltable “Muchachos...” Imposible resistirse.
 
 
LOS TEKIS, CARNAVAL PISTERO
 
El grupo jujeño repitió la fórmula del año pasado: ya sin la banda de acompañamiento de la que se desprendieron durante la pandemia, las pistas con los graves excesivamente al frente sonaron sin disimulo en todos los temas, los conocidos (casi todos) y alguna que otra novedad.
 
Al público no pareció importarle, ya que festejó cada instante con gran entusiamo, demostrando que el sexteto es totalmente local en Cosquín. Como siempre, se destacó la puesta técnica con las visuales y los fuegos, esos mismos que se encenderán en el carnaval de febrero. En síntesis, el boliche a cielo abierto sigue funcionando.
 
 
MICAELA CHAUQUE, DESTACADA
 
La vientista y cantante oriunda de Iruya ofreció una muestra de que hay otra esencia jujeña posible. Con el embrujo de su siku nos transportó a esas tierras ancestrales, de las que trajo como invitado al cantor tilcareño Antonio Olarte para un poderoso “tinku de paz”.
 
Empuñando una caja, dedicó unas coplas por la conservación del monte nativo y cerró junto al ballet de La Quiaca para recrear el carnaval de antaño. La plaza la despidió de pie.
 
 
EL RESTO, ENTRE JUJUY Y CÓRDOBA
 
Bien diferente fue lo de las Postales de Jujuy, que mezcló una imponente puesta en escena con homenaje a Juana Azurduy y la llamativa participación de Leo Jurado, reciente participante de La Voz Argentina.
 
El arranque de la noche estuvo a cargo de Facundo Toro, quien planteó un show muy arriba con pocos matices. Compartió la dulce voz de su hija Antonella como invitada, evocó al Chango Rodríguez (Luna de Tartagal) y no pudo evitar pedir al público “manitos con celulares”.
 
 
Más tarde pasaron los coscoínos Ceibo, la recurrente propuesta de Guitarreros, La Charo con un show que no convenció, la historia y presente de Los Pacheco y las Postales de Córdoba, que funcionaron como un merecidísimo homenaje a Ica Novo, un imprescindible de la música cordobesa. El cierre con la chacarera Del norte cordobés que tuvo la participación de Mery Murúa, Paola Bernal, Liliana Rodríguez y Víctor Hugo Godoy, le debe haber despertado una enorme sonrisa al músico que tanto quería a Cosquín.
 

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