Furia vecinal en un barrio tras la violación a un adolescente

La víctima, de 14 años, quedó internada. Un vecino está preso e imputado. Sucedió en Granja de Funes II, en la ciudad de Córdoba. Graves enfrentamientos con policías. “Mi hijo quedó muy mal”, contó el padre del jovencito.

Sociedad 15/05/2019

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Volví de trabajar y todo era griterío en casa. Llegué hasta la puerta del baño y ahí estaba mi hijito. Estaba paradito, lloraba, temblaba, estaba todo ensangrentado y sucio. Se cubría con un toallón y temblaba. ‘Papá, me violaron’, me dijo. ¿Qué?, le pregunté. ‘Papá, me violaron’”.

Daniel expulsa las frases con bronca, dentro de su hogar. Sus ojos están llenos de lágrimas de furia e impotencia. Tiene los puños apretados. No para de gesticular. Lo miran sus otros hijos.
 
Desde la calle se escuchan claramente disparos, gritos, corridas, aceleradas y frenadas, y otra vez disparos. En realidad, los balazos de goma de la Policía y las pedradas lanzadas por jóvenes se escuchan desde hace largo rato.
 
Y se seguirán escuchando por mucho tiempo.
 
Es que la salvaje violación de un chico de 14 años, que padece un retraso mental, a manos supuestamente de un vecino, de 23, derivó en una brutal batalla campal por parte de numerosos vecinos, principalmente jóvenes, y policías.
 
El objetivo de quienes tiraban piedras: llegar hasta la casa donde vivía el acusado (ya detenido) y quemarla. Así son los códigos que se manejan en algunas barriadas.
 
De esa manera, se echa a la familia del lugar. La vivienda era custodiada anoche por decenas de uniformados. Ya no había nadie.
 
 
 
La víctima fue operada y quedó internada con pronóstico reservado en el Hospital de Niños.
 
Lo acompañaba su madre.
 
Los tiros de goma se seguían escuchando entrada la noche.
 
Todo sucedió en Granja de Funes II, una barriada que integra un amplio conglomerado en el noroeste de la ciudad de Córdoba, donde residen humildes familias de trabajadores y donde delincuentes y narcos aprovecharon para esconderse y actuar.
 
El lunes a la noche, F. salió de la vivienda familiar y fue hasta la casa de su tía. “Venía a buscar unas bolsas y ahí lo agarró el tipo”, comentó la mujer a La Voz. “Ese depravado lo llamó y, mi sobrino que es tan bueno e inocente, se acercó. Ahí, le puso la mano en la boca y lo violó”, añadió.
 
El ataque sucedió en el patio delantero de una casa ubicada en calles Parmigiani y Lagranda.
 
Una vecina comentó que el ahora detenido llevaba días paseándose en bicicleta. “Miraba mucho a chicos y a mujeres. Es un degenerado”, señaló la joven.
 
“Lo reventó a mi hijo. Ahora, tienen que operarle sus órganos internos. Fue una bestia. El tipo es grandote y mi hijito es chico. Encima, por su deficiencia, es como un nene”, se lamentaba su padre.
 
Tras la violación, el niño volvió a su casa, donde contó todo.
 
A los minutos, arribaron varios móviles policiales. Mientras un patrullero llevaba al chico al Polo de la Mujer (de donde fue derivado al Hospital de Niños), otros uniformados comenzaron a trabajar para dar con el sospechoso.
 
El relato del propio F. y de sus familiares fueron claves para cercarlo: el acusado vive en la zona.
 
El mismo lunes a la noche, una patrulla llegó a su casa.
 
“El tipo se cambió de ropa y quiso afeitarse. Salió a decir que no tenía nada que ver. Quiso pirarse y lo agarraron”, contó un comisario.
 
Nicanor Sacha Santoro, de 23 años, quedó detenido e imputado por supuesto abuso sexual con acceso carnal agravado, por la fiscalía N° 1 de Delitos contra la Integridad Sexual.
 
“Menos mal que lo agarró la Policía. Si lo agarro yo...”, dice el padre de la víctima
 
Durante la tarde y noche fueron incesantes los disparos. Varios jóvenes terminaron heridos.
 
 
“Está mal que los pendejos hagan esto”, dice un vecino, y agrega: “Si el violador ya está preso... ¿Para qué tiran piedras? Así tiran abajo la imagen del barrio. Después, nos tratan de negros”.
 
En Granja de Funes II le adjudican otros ataques al ahora detenido. Incluso, mencionan que estuvo preso hasta hace poco.
 
El sospechoso vivía con su madre. A él no se le conoce trabajo. Su padre murió años atrás.
 
“Nadie quiso denunciarlo antes. Si lo hubieran hecho, quizá hubiera estado preso y no atacaba a mi hijito”, lamenta Daniel.
 
Desde la Policía indicaron que el acusado tiene un antecedente por abuso cuando era menor.
 

 

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