Padres y madres viven con incertidumbre la vuelta a clases.

Algunos colegios aún no comunicaron cómo se conformarán las burbujas. En el Zípoli los docentes decidieron no empezar presencial por la falta de condiciones edilicias adecuadas.

Sociedad 25/02/2021

0_aulas-rotas-2-ch.jpg

El lunes 1 de marzo se acerca. El inicio de clases será muy distinto al de otros años. Aunque esta etapa siempre está acompañada de un poco de ansiedad y entusiasmo, el contexto de pandemia y el regreso a clases presenciales después de un año de virtualidad suman el condimento de la incertidumbre hacia algo desconocido. 
 
Según el cronograma propuesto por la Provincia, esta semana correspondía a las escuelas la etapa de contacto con los padres y comunicación de la modalidad que adquirirá el regreso a clases, es decir, cómo están conformadas las “burbujas” (grupos de 10-15 alumnos que irán presenciales) y la modalidad virtual, para intercalar una semana cada formato.   
 
Testimonios
 
Carolina tiene una hija de seis años que comienza primer grado. En su escuela de barrio Urca de la ciudad de Córdoba se comunicaron vía mail para mandar el protocolo de la provincia y no tuvieron otro contacto directo con la escuela. “Algunos padres se comunicaron y ahí supimos que se iba a dividir en dos el grado y nos enviaron las listas. Algunos comienzan este lunes y el otro grupo, el lunes siguiente”, indicó. “Creo que es desorganizada y despersonalizada. Se podrían haber hecho comunicaciones a través de videos o reuniones dada la experiencia virtual del año pasado”, dijo. 
 
Respecto a las dudas y miedos que se le plantearon Carolina tienen que ver con la organización y sobre el acompañamiento que puedan realizar los primeros días. “Creo que todo es un ‘iremos viendo’. Nos pasaron el material, aunque no pidieron mucho. La idea es que vayan y allí se irá acomodando”. “El miedo viene de la mano de la posibilidad del contagio, que aunque excede al colegio, tengo miedo de que no estén dadas las condiciones edilicias y que yo no pueda controlar nada de eso, ya que no conozco las instalaciones”. 
 
A pesar de ello, Carolina reconoce que es una situación de excepcionalidad y no pone grandes expectativas en el inicio de clases entendiendo que pueden surgir imprevistos y que no es responsabilidad solo de la escuela o los y las docentes.
 
Por su parte, Andrés tiene dos hijos de siete y 10 años que van a la Escuela Bernardino Rivadavia en Pajas Blancas. “La semana pasada ya se contactaron con nosotros y esta semana ya nos dieron la lista de las burbujas. Al ser una escuela chica, hay un trato más cercano con la directora y el personal docente”, explicó. 
 
Reconoció como una ventaja que la escuela haya tenido en cuenta la situación familiar para armar las burbujas, entonces sus dos hijos coinciden en las semanas de presencialidad y en las de virtualidad, aunque vayan a distintos grados. 
 
“El cronograma de la presencialidad será semana de por medio cuatro horas por día y de lunes a jueves. El viernes se lo reserva para la entrega y corrección de actividades del grupo virtual de esa semana. A mí me pareció que era correcto para no sobrecargar a las docentes”, añadió. 
 
 
“Creo que el mayor desafío va a ser sostener esa semana de virtualidad. El año pasado acompañamos a la más chica en primer grado e hicimos un gran esfuerzo. También tuvimos que apelar a un profesor particular en algunas oportunidades para reforzar el aprendizaje de ambos”, reconoció Andrés. 
 
En cuanto a la rutina, Andres aseguró que la dinámica familiar y laboral de él y su pareja deberá reacomodarse a los nuevos horarios a esta “nueva normalidad escolar”. 
 
Problemas edilicios
 
Otras escuelas han presentado serios problemas edilicios y se lo han comunicado a los padres en la semana. Es el caso del Iseam Domingo Zípoli de la ciudad de Córdoba. 
 
Los y las docentes del nivel secundario realizaron una asamblea y emitieron un comunicado que fue transmitido a los padres. “Consideramos que las condiciones en las que se encuentra nuestra escuela no permiten el cumplimiento del protocolo para el regreso a las escuelas, poniendo en riesgo la salud de estudiantes, docentes y no docentes que forman parte de nuestra comunidad educativa”, indicaron. Y luego explicaron: “Exigimos que se resuelvan definitivamente los problemas edilicios, que a pesar de las innumerable gestiones realizadas por la dirección de nuestra escuela, continúan siendo graves”. 
 
También enumeraron uno por uno los problemas edilicios como la falta de higiene de los tanques de agua desde 2019, aulas con persianas que no pueden abrirse.
 
“No tenemos información de ningún tipo. No se si mi hija empieza o no, cuál será su burbuja. El estado del edificio es lamentable, estoy indignado”, dijo un padre de esa institución. 
 
La recomendación
 
María Virginia Gonzalez es especialista en psicoanálisis del niño y docente de la UNC y reconoce que ante una situación nueva pueda haber “desconcierto”. “Esto tiene una condición, que es lo nuevo. Al ser nuevo no tenemos parámetros y criterios previos que se hayan podido aplicar. Frente a lo novedoso estamos desconcertados y no toleramos ese desconcierto”, dijo respecto a las sensaciones que recoge en su consultorio al hablar con padres de alumnos. 
 
Por ello recomienda transitar por esta situación reconociendo que se trata de un “ensayo/error”. “La escuela -algunas más organizada, otra no tanto- va a tratar de implementar algo y si la expectativa de los padres es alta, ante cualquier falla considerarán que todo es un desastre o no sirve.  Creo que es importante que vayan rescatando lo que funciona y tolerar lo otro, para poder transmitir tranquilidad a sus hijos”, explicó. 
 
“Si el nene escucha a la madre o al padre que se la pasa criticando a los docentes, a la escuela, a la directora, probablemente ese niño vaya más nervioso . Es fundamental que los padres puedan contener la ansiedad frente al niño y -aunque no le pueda garantizar una estabilidad- sí explicarle cuál será su salita, cómo será la dinámica, explicarle que ésta puede cambiar”. 
 
Por último, recomendó: “Es importante que los padres se concentren en que el dispositivo se cumpla y ayudar a que el niño se adapte”.

Más de Sociedad

Comentá esta nota