Uno de cada tres usuarios de Internet en el planeta es un niño. Sin embargo, son muy escasas las medidas que se toman para proteger a los chicos de los peligros del mundo digital y para aumentar el acceso a contenidos seguros en línea, según el informe “Estado Mundial de la Infancia 2017. Niños en un mundo digital” que publica este lunes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

 

El trabajo analiza por primera vez, de manera integral, las diferentes formas en que la tecnología digital está afectando la vida y las posibilidades vitales de los niños.

 

Asimismo, describe los peligros y las oportunidades relacionadas con ella.

 

Entre los riesgo señala cómo Internet aumenta la vulnerabilidad de los chicos al uso indebido de su información privada, al acceso a contenidos perjudiciales y al acoso cibernético.

Advierte, asimismo, que las redes digitales como la dark web (o Internet oscura) y las criptomonedas están facilitando las peores formas de explotación y abuso, entre ellas la trata y la difusión en línea de pornografía infantil “hecha a la medida del usuario”.

 

La Internet oscura, cabe aclarar, refiere al contenido que existe en redes que se superponen a la Internet pública y que requieren de software específico, configuraciones o autorizaciones para acceder. Forma parte de la web no indexada por los motores de búsqueda.

 

 

El informe explora también las ventajas que la tecnología digital puede ofrecer a los niños más desfavorecidos, incluidos aquellos que crecen en la pobreza o que se ven afectados por situaciones de emergencia humanitaria.

 

Estos beneficios contemplan las mayores posibilidades de acceso a la información, el desarrollo de aptitudes útiles en un lugar de trabajo cada vez más digital y la oferta de una plataforma para conectarse y comunicar sus puntos de vista.

 

“Para bien o para mal, la tecnología digital es un hecho irreversible en nuestras vidas”, plantea Anthony Lake, director ejecutivo de Unicef.

 

“En un mundo digital, nuestro doble desafío es saber cómo mitigar los daños y maximizar los beneficios de Internet para cada niño”, propone.

 

El informe sostiene que sólo la acción colectiva que involucre a gobiernos, al sector privado, a las organizaciones que trabajan con la infancia, la escuela, la familia y los propios chicos, pueden ayudar a asegurar la igualdad de oportunidades en el espacio digital y hacer que sea más seguro y más accesible para los menores.

 

“Internet fue diseñada para adultos, pero los niños y los jóvenes la utilizan cada vez más y la tecnología digital afecta cada vez más sus vidas y su futuro. Por ello, las políticas, las prácticas y los productos digitales deberían reflejar mejor las necesidades, las perspectivas y las opiniones de los niños”, concluye Lake.