A pocos días de las elecciones nacionales legislativas del 22 de octubre y a pesar de los últimos acontecimientos socio-políticos ocurridos en el país, en el norte de Córdoba no se percibe clima electoral a pesar de que los engranajes de las estructuras partidarias están prácticamente aceitados.

 

Más allá de que todos pretender mejorar la performance de las PASO, la campaña en las encuestas se muestra equilibrada y muchos espacios tuvieron que volver a la vieja militancia del puerta a puerta para obtener un verdadero termómetro social. 

 

Pero está claro que la diferencia que existe entre las internas del 13 de agosto y las definitivas del domingo, es la inclinación que pueden tener en los Intendentes y Jefes Comunales de cada localidad, quienes jugarán un papel importante a la hora de sumar su gestión y eventuales adherentes.

 

Depositar o no la confianza en los sondeos es la otra lectura fina y preocupante de los candidatos. En las filas de Cambiemos, se muestran optimistas y consideran que no es imposible revertir los números de las PASO como sucedió en el año 2013. Los peronistas, en cambio, confían en estirar unos puntos más la diminuta ventaja que obtuvieron en agosto.