Tras permanecer 10 días internado en el Instituto del Quemado luchando por su vida, este lunes por la tarde falleció “Fernando Pipino” Moya. 

 

El joven, tenía 31 años y presentaba quemaduras de primer grado en casi todo su cuerpo (80%) que le provocó una explosión de gran magnitud ocurrida el 28 de agosto en su taller mecánico, ubicado sobre la calle Saenz Peña al 1000, de barrio Villa Matilde de la ciudad de Deán Funes. 

 

Según las versión de los familiares directos, Moya estaba soldando ese mediodía y minutos antes había llegado un cliente a su taller, una chispa del proceso de soldadura cayó en un tacho de 200 litros que tenía combustible y provocó dos explosiones; la primera no fue tan perjudicial pero la segunda lo arrinconó en una de las paredes del salón y fue letal, tanto así que salió a la calle envuelto en llamas y un vecino que en ese momento se encontraba lavando su automóvil lo apagó con una hidrolavadora. 

 

El cliente, también resultó herido con quemaduras leves y ese mismo día recibió el alta médica del hospital Ernesto Romagosa. 

 

La noticia generó consternación en su círculo íntimo y entre sus amigos, dado que el parte médico del día domingo indicaba el joven había mostrado una leve mejoría. 

 

Su padre, Fabián Moya, expresó con dolor que el protocolo de la pandemia por coronavirus no le permitió visitar a su hijo en el nosocomio mientras estuvo internado.