Éxtasis: la trama de la trágica muerte de Agustina ya tiene tres causas en paralelo

Mientras un fiscal investiga el deceso y si hay delito; en otra fiscalía se analiza qué pasó en la fiesta. Otro instructor atrapó al supuesto “delivery” que vendió las pastillas al grupo. ¿Cómo sigue todo? Las claves del caso.

Policiales 26/07/2022

77_la-trama-de-la-tr-gica-muerte-de-agustina-ya-tiene-tres-causas-en-paralelo-ch.jpg

El plan era simple: una salida de amigas en el fin de semana. Una salida a bailar y en grupo. Nadie imaginaba la tragedia que se avecinaba.
 
Una de las ocho amigas aportó el dato sobre una fiesta electrónica que se iba a realizar como parte de la reapertura de un conocido predio privado en la localidad de Malagueño, camino a Villa Carlos Paz.
 
La entrada rondaba los tres mil pesos, por cabeza. En ese marco, una de las chicas se habría encargado de comprar las “pastis” a un delivery domiciliado en la Capital.
 
Así se conoce a las pastillas de éxtasis que en realidad son metanfetaminas.
 
Se trata de una droga sintética cuyo uso es popular en el marco de las fiestas electrónicas.
 
La droga brinda una falsa sensación de bienestar y de goce en el evento, pero al mismo tiempo provoca serios trastornos en el organismo, como la aceleración del corazón.
 
En Córdoba, como en otros puntos de la Argentina, el éxtasis no es éxtasis. Son pastillas que han sido “estiradas” con otras sustancias por los narcos para lograr más ganancias.
 
Las pastillas de éxtasis se venden en el mercado cordobés entre 2.500 y 3.000 pesos, cada una.
 
En la actualidad, se compran a través de la red social Telegram.
 
La droga llega luego al domicilio por un delivery en moto (o auto).
 
Volviendo a aquel sábado a la madrugada, las pastillas habrían sido introducidas a la fiesta electrónica y consumidas allí dentro.
 
No hubo previa. No hubo consumo de alcohol antes del evento.
 
Una de las amigas era María Agustina Di Martino, una piba de 28 años que vivía en Pilar adonde se había mudado con su novio. Toda su vida residió en Río Segundo.
 
Según testigos, Agustina no paró de tomar agua durante la fiesta.
 
Tomó mucha agua.
 
Luego, se descompuso, fue atendida en el predio y se llamó a una ambulancia de urgencia.
 
Al Hospital Domingo Funes, de Santa María de Punilla, la joven ya llegó completamente inconsciente.
 
El cuerpo médico determinó que tenía un edema cerebral.
 
Sus amigas contaron lo que había pasado: hablaron del éxtasis.
 
El mismo sábado, el electroencefalograma detectó la muerte cerebral.
 
Luego, el corazón se paró.
 
“Muerte de etiología dudosa”, quedó escrito en un expediente.
 
Todo lo anterior relatado en esta nota fue obtenido de distintas fuentes oficiales consultadas.
 
Agustina se convirtió en la quinta persona muerta por consumir éxtasis (metanfetamina) en una fiesta electrónica en Córdoba, desde 2014.
 
 
DOLOR E INTERROGANTES
 
Desconsuelo absoluto, un dolor que corroe, una rabia que crece con el paso de las horas y preguntas, muchas preguntas que por ahora no tienen respuestas finales.
 
Esas y tantas otras son las sensaciones que se extienden por toda la ciudad de Río Segundo, donde Agustina creció y vivió.
 
Desde su círculo íntimo se indicó que la joven estaba por recibirse de bioquímica. Tenía dos hermanos.
 
“Era sanísima. Muy sana. Nunca se drogaba, ni bebía”, contó entre llantos una amiga a la prensa.
 
Como si hiciera falta remarcar que Agustina es y fue una víctima más en toda esta desgraciada historia.
 
Por su trágica muerte, hay tres investigaciones abiertas que avanzan, a su ritmo, en paralelo.
 
PESQUISAS ABIERTAS
 
La causa 1. La causa central la tiene el fiscal de instrucción Ricardo Mazzuchi, de Villa Carlos Paz.
 
Este funcionario y su equipo investigan todo lo que rodea la trágica muerte de Agustina: cómo se produjo, por qué se produjo y si se trató de un hecho accidental o si bien puede hablarse de un delito. Y si fue un delito, si hay responsables.
 
“Intoxicación por metanfetamina. Una respuesta del organismo (de la chica) al tóxico”, fue la explicación forense que recibió el fiscal por parte de quienes efectuaron la autopsia.
 
En la fiscalía de Villa Carlos Paz se tiene por ahora a un solo intoxicado en la fiesta electrónica: Agustina.
 
No hay constancias de más intoxicados, dentro o fuera del evento.
 
Eso no quiere decir que no los haya habido. “Muchas veces, en esos eventos hay intoxicados con drogas que se atienden allí mismo, se van y nunca nos enteramos”, confió una alta fuente judicial a La Voz.
 
Por protocolo, el fiscal Mazzuchi solicitó a los forenses profundizar los estudios anatomopatológicos a fin de despejar dudas y ahondar en el dramático final. La intención es saber si la joven tomó otra cosa o si tenía algún problema de salud previo.
 
También se toman testimonios y se ordenaron medidas procesales.
 
LAS OTRAS PESQUISAS
 
La causa 2. Otra investigación es desarrollada por el fiscal Raúl Ramírez, del fuero narcomenudeo del valle Punilla. El funcionario abrió una causa de oficio y mandó personal a hacer averiguaciones.
 
La intención es saber cómo apareció la droga, quién la vendió y qué pasó en el recinto privado.
 
 
En principio, el predio de “La Estación Indoor” (como se conoce al lugar) contaba con puesto médico, una ambulancia alquilada y equipos de hidratación, como se exige por ley.
 
El equipo de Ramírez determinó quién habría vendido las pastillas de éxtasis a las amigas.
 
 
La causa 3. Como el sospechoso apuntado residía en barrio Parque San Vicente, en la Capital, se dio parte (por jurisdicción) a la fiscalía de Córdoba de narcomenudeo.
 
Es así que el fiscal Marcelo Sicardi se convirtió en el tercer fiscal de esta historia. Con investigadores de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA), se allanó el domicilio del supuesto dealer y se lo detuvo.
 
Tiene 28 años y no se le encóntró éxtasis, sólo 288 dosis de marihuana y la moto para usar como delivery.
 

Más de Policiales

Comentá esta nota