Inseguridad: las conjuras detrás de los “poliladrones”

Dos delincuentes robaron las grabaciones de las cámaras de vigilancia cercanas a una casa asaltada. Un “mensaje” mafioso que apunta al corazón de la Jefatura.

Policiales 14/01/2021

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El sábado último, entre cinco y siete delincuentes vestidos con uniformes policiales simularon un allanamiento para asaltar a una familia que vive en el kilómetro 13 del Camino a 60 Cuadras, ya en jurisdicción de Bouwer.
 
El martes, 72 horas después del robo, dos delincuentes fueron a una forrajería, ubicada a sólo 50 metros del domicilio asaltado, encañonaron a su propietario y se llevaron solamente el disco con las grabaciones de las cámaras de vigilancia que apuntan hacia la calle.
 
No hace falta ser Sherlock Holmes para descubrir que ambos episodios están conectados.
 
Pero esta no es la única lectura posible. Desde el martes, el caso es comentario obligado entre sabuesos policiales y fiscales. Activos, de feria o de vacaciones, unos y otros no dejan de advertir que lo que acaba de suceder en la ciudad de Córdoba es inédito.
 
¿Por qué? A continuación algunas de las primeras consideraciones de un caso que empieza a revelarse como clave en medio de la tormenta que la seguidilla de la inseguridad ha generado este verano en Córdoba.
 
Una secuencia de asaltos y robos de todo tipo que obligó a la jefa de Policía, Liliana Zárate, a un raid mediático para intentar apaciguar el malhumor social.
 
En medio de la pandemia y la cuarentena, otra vez la inseguridad volvió a convertirse en la principal preocupación de los cordobeses.
 
 
Alguien tenía mucho que perder. El sábado atacaron los “poliladrones”. El martes, cuando la noticia ya hacía 24 horas que rebotaba en diferentes medios de Córdoba (ya que el día del asalto la información no fue divulgada a la prensa), al menos dos delincuentes armados llegaron hasta la forrajería y fueron directo a buscar el disco con las grabaciones de cuatro cámaras de seguridad instaladas en un poste. Los ladrones midieron riesgos: sabían que por la difusión mediática del asalto del sábado era posible que la seguridad se hubiera reforzado en la zona. Pese a esto, fueron en busca de esas imágenes. ¿Se veía el rostro de los ladrones, los vehículos en los que se movilizaron, o acaso también se podía identificar si alguien había “liberado” la zona?
 
Vehículos. A partir del robo de las imágenes, los investigadores infieren que los autos que utilizó “la banda de los uniformados” son perfectamente identificables, ya que, de lo contrario, antes que arriesgarse a buscar las filmaciones los hubieran descartado, como suelen hacer las bandas de asaltantes en Córdoba. En ese sentido, un informante policial aportó un dato clave: “Los poliladrones vienen pegando desde octubre, siempre con la misma modalidad y siempre con los mismos autos: una (Citroën) Berlingo y un (Peugeot) 307”. Entre el lunes 4 de este mes y el sábado último, o sea en sólo seis días, dos asaltos de poliladrones se cometieron contra domicilios ubicados a la vera del Camino a 60 Cuadras.
 
Lentitud. Del sábado al martes, nadie en la investigación ordenó lo más lógico: secuestrar las filmaciones cámaras de la zona. Por una resolución interna de la Fiscalía General, el fiscal Ernesto de Aragón hace tiempo que quedó a cargo de investigar todos los robos en Córdoba en el que los ladrones utilicen parte del uniforme policial. Los casos se han reproducido en los últimos meses de manera más que llamativa. Ahora, De Aragón está de feria, por lo que esta causa quedó en poder del fiscal Gustavo Dalma, quien aguarda el regreso de su colega de las vacaciones para girarle de nuevo la causa. Como el Ministerio Público Fiscal está acéfalo desde marzo de 2019, en una situación anómala que ha generado reproches desde diferentes sectores, en Tribunales 2 reconocen que no está claro ahora cómo hay que proceder ante este tipo de casos. Lo concreto es que los ladrones se adelantaron a los investigadores.
 
Mensaje: bolsas abandonadas. Los delincuentes, en un desafío directo a Jefatura, están demostrando que contaban con mucha información sensible. Sabían que esas filmaciones no se secuestraron, sabían que esas cámaras los filmaron y saben cómo investiga la Policía. “A los poliladrones alguien les tuvo que avisar que estaban esas cámaras. Porque si ellos se hubieran dado cuenta, ese mismo día atacaban ahí. Si volvieron después, es porque alguien se lo advirtió luego del asalto”, apuntó otro experimentado policía. El mensaje hacia el interior de la fuerza es muy fuerte, ya que la sombra de las complicidades ahora no sólo apunta a la provisión del uniforme que utilizan los delincuentes, sino que estos han dejado en evidencia que conocen demasiado de los hilos internos de la Policía. Ayer a la tarde, desde Jefatura se informó que, gracias a un llamado anónimo, se hallaron bolsas abandonadas en Alta Córdoba en las que había indumentaria similar a la de la Policía. ¿Qué tipo de delincuente es el que descarta sus “instrumentos de trabajo” y llama al 101?
 
Más controles. Tras la difusión mediática de los últimos robos, ayer hubo un importante despliegue azul. (Javier Ferreyra)
 
Más controles. Tras la difusión mediática de los últimos robos, ayer hubo un importante despliegue azul. (Javier Ferreyra)
Poco patrullaje. El Comando de Acción Preventiva (CAP) Rural de Córdoba llega al kilómetro 10,5 del Camino a 60 Cuadras. Desde el kilómetro 10,5 hasta el 13 corresponde al destacamento policial de Socavones, ya en jurisdicción de Bouwer. Esa sede no cuenta con ningún patrullero activo desde hace tiempo. Entre otros puntos llamativos, en esa zona periférica entre la ciudad de Córdoba, Bouwer y la zona rural de Toledo, una vecina contó con una custodia policial oficial que mantuvo, de manera irregular, durante al menos dos años. Recién se levantó cuando vecinos se quejaron y la nueva jefa de Policía se enteró de la situación. Ayer, ante la presencia de la prensa en el lugar, por primera vez en mucho tiempo se advirtió un inusual despliegue policial preventivo en el sector.
 
Planificación. Que los ladrones hayan ido a buscar sólo las filmaciones en ese local ubicado a 50 metros de la vivienda asaltada revela otra situación: en el ingreso a Camino a 60 Cuadras hay un domo, que no les preocupó a los delincuentes. O sea, la banda de los uniformados se estaría moviendo, en su mayor parte, por caminos alternativos, con una logística aceitada.

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