Mientras se disipa el polvo en suspensión que dejó el estallido de la bomba inesperada de las Paso, asoman los rumores post resultado que benefician al norte de Córdoba. 

 

Los ámbitos laborales, las mesas de café y las sobremesas familiares fueron los lugares donde se analizó el sopapo electoral que le dio la clase trabajadora a la gestión de Mauricio Macri. 

 

Inevitablemente, la crítica también ubicó en el centro de la escena a la audaz Tania Kyshakevych, Legisladora del Departamento Ischilín y una de las figuras del peronismo delasotista del norte que ocupará un cargo de importancia en el futuro gobierno de Alberto Fernández, si los resultados de las Primarias se repiten en las elecciones de octubre. 

 

Del brazo del “Cabezón” Abramenia y otros dirigentes de experiencia de la región, Tania aprovechó los puentes que tendió José Manuel de la Sota durante sus últimos años en la política e improvisó una jugada riesgosa que pudo haber truncado su carrera, tras apoyar con fuerte convicción la fórmula “FF” sabiendo que gran parte del Schiarettismo se mantuvo al margen y otros apoyaron la precandidatura de Mauricio Macri y Ángel Pichetto. 

 

El arribo de su figura al “Albertismo” fue una pieza clave para traccionar el voto del peronismo y de sectores independientes anti “K”, y eso se vio reflejado en los resultados de los distintos circuitos del Departamento Ischilín, inclusive, su llegada fue bien recibida en ramas del kirchnerismo duro con quien mantiene buen diálogo. 

 

En las estadísticas, el norte de Córdoba tuvo malas experiencias cada vez apoyó a un candidato de proyección nacional, los fracasos más recientes fueron el del exintendente de Villa del Totoral, Ernesto “Tatu” Bernabey, que pasó de ocupar el segundo lugar en la lista de Diputados del Kirchnerismo en Córdoba, a terminar su carrera tercero en los últimos comicios de su pueblo, el otro es el de la exintendente de Quilino, Soledad Carrizo, que lleva dos mandatos ocupando una banca en el Cámara de Diputados sin cumplir las promesas de su primera campaña política. 

 

En definitiva, ella es la única que puede escribir su propia historia si llega a formar parte de la gran estructura nacional.