Filoselma Rivero, es la Síndico de la Cooperativa de Luz de la localidad de Quilino y asumió tras la renuncia de Eduardo Acosta quien era titular en el cargo, hoy imputado por el presunto delito de Administración Fraudulenta en la megacausa que pesa sobre esa institución.

 

Según el estatuto interno, su responsabilidad principal es velar porque el Consejo de Administración cumpla la ley, el reglamento y las resoluciones asamblearias, representa a los asociados en la comunicación y defensa de sus derechos. Sin embargo, desconoce la importancia de su rol y la delicada situación económica que atraviesa la Cooperativa.

 

En la entrevista, asevera que se informa de lo que sucede en ella por los medios de comunicación ya que no asiste a las reuniones de Consejo porque no la invitan. “Presente mi renuncia hace tres meses, me la aceptaron pero después seguí”, agregó.

 

Sin saber mucho lo que significa, explicó que se comunicó con el presidente de la Cooperativa de Luz, Ceferino Navarrete, para solicitarle un pedido de informe y comunicar detalladamente a los socios los traspiés económicos que viene sufriendo la empresa desde hace varios años.

 

Lo agravante de la situación y que deja al descubierto el desmanejo institucional, es que Filoselma aseguró públicamente que sólo una vez plasmó su firma en un documento y lo hizo para comprar un cuaderno que se había acabado.