Argentina hizo todo para ganar menos el gol y está afuera
Empató 0-0 con Perú en "La Bombonera". El partido fue un plano inclinado. Por ahora, la Selección no clasifica. Si vence a Ecuador, se asegura el repechaje, pero depende de otros para ir directo.
Si bien levantó el nivel futbolístico pero volvió a sufrir de falta de contundencia, la Selección argentina dio este jueves otro paso en falso al igualar sin goles con Perú en el estadio "La Bombonera", lo que hará que empiece la última fecha de eliminatorias sudamericanas fuera incluso del repechaje para el Mundial de Rusia 2018.
El capitán Lionel Messi fue quien generó las opciones más claras para el conjunto albiceleste, que se topó con la figura del arquero visitante, Pedro Gallese, que le dio a Perú el punto que vino a buscar.
El equipo incaico, dirigido por el argentino Ricardo Gareca, controló los espacios en el primer tiempo, sufrió en el complemento y tuvo una sola opción clarísima en los pies de Jefferson Farfán, que definió un buscapié dentro del área chica afuera del arco, cuando Sergio Romero había quedado vencido.
Con este empate, más el triunfo de Chile sobre Ecuador y de Paraguay ante Colombia, Argentina llega a la última fecha de las eliminatorias (visita Quito) fuera de los puestos de clasificación y repechaje para el Mundial de Rusia 2018.
Lo seguro, sin depender de otro resultado, es que Argentina, si gana en Quito, se asegura, como mínimo, el repechaje frente a Nueva Zelanda para llegar a Rusia.
Un empate albiceleste en la altura de Quito obligará a esperar otros resultados para saber su suerte: clasificación directa, repechaje o eliminación de la fase final.
En líneas generales, fue una buena presentación de la Selección argentina, a la que sólo le faltó el gol para hacer estallar las casi 45 mil personas que llenaron el estadio "La Bombonera".
Las apuestas de Marcos Acuña como lateral izquierdo, Alejandro Gómez en el extremo izquierdo del ataque y Mascherano de central dieron réditos.
Pero toda la ofensiva se circunscribió a Messi, que tuvo en sus pies las más peligrosas de Argentina en la primera mitad. Fue el desequilibrio, el impulso ofensivo, incluso cuando no era acompañado.
En resumen, "La Pulga" apareció luego de una jugada preparada de córner en el que remató directo, pero fue bloqueado justo por un rival; después, con un tiro de media distancia que pasó al lado del palo derecho; y, por último, con un preciso centro a la cabeza de Darío Benedetto, que inexplicablemente no pudo definir dentro del área chica.
Pero Messi primero tenía que buscar su lugar en una cerrada defensa peruana, en el centro del ataque argentino, y después tener alguien que lo abastezca.
Banega no tuvo un buen primer tiempo, volvió a sufrir la falta de acompañamiento como ocurrió en el empate ante Venezuela.
Además, a Argentina le costó mucho recuperar en el campo rival, tal como pregona Sampaoli, y sufría en el retroceso, con Perú jugando con libertades y espacios en el contragolpe.
Biglia siempre quedaba a destiempo y los relevos a los adelantamientos de Marcos Acuña tampoco funcionaban como deberían hacerlo.
Argentina tuvo la posesión de la pelota (casi el 70 por ciento), pero la mayoría de las veces no supo qué hacer con ella.
El tándem Acuña-"Papu" Gómez ilusionó en el tramo inicial, pero terminó preso del poco acompañamiento del resto de sus compañeros.
Todo era anunciado y previsible. Entonces, siempre se beneficia a quien se abroquela atrás y trata de aprovechar los contragolpes.
Tromba celeste y blanca
La charla del entretiempo de Sampaoli estuvo a punto de darle rápidos réditos a la Argentina, que fue una tromba en los primeros 60 segundos de juego, en los que tuvo todo lo que le faltó en la primera mitad.
Velocidad vertical en la conexión Mascherano-Messi para que el capitán habilite a Benedetto, que quiso definir cruzado, pero encontró el pecho de Gallese y, en el rebote, "La Pulga", molestado por un rival, reventó el palo derecho.
Y, en seguida, otra opción, que casi no había utilizado Argentina en los primeros 45 minutos, llegó un bombazo desde 35 metros de Biglia, que Gallese sacó al córner en forma espectacular.
El ingreso de Emiliano Rigoni por Di María le dio más sentido al esquema de Sampaoli, porque atacó los espacios y no esperó que le caiga la pelota en el pie como hacía el hombre del PSG de Francia.
Fue el mejor tramo de la Argentina, con Messi siempre como eje y vestido de asistidor, pero con una preocupante falta de contundencia que ya había sufrido contra Venezuela en el estadio "Monumental".
"La Pulga" aceleró tras combinar con Banega en el borde del área y abrió a la izquierda a la carrera de "Papu" Gómez, que tuvo tiempo para resolver, pero le reventó otra vez el pecho a Gallese.
Otra vez Messi por izquierda juntó marcas, llegó al fondo y sacó un buscapié que Rigoni empujaba a la red, pero un oportuno cierre de Trauco ahogó el grito de gol de Argentina.
Pero el envión argentino de los primeros 25 minutos se fue apagando, quizás por la repentina lesión de Gago -probablemente se rompió los ligamentos de la rodilla-, cuando Sampaoli buscó un recambio en el socio de Messi.
Perú resignó totalmente sus chances de ataque, dejó a Guerrero solitario peleando con Otamendi y Mascherano, que sacudió el techo del arco de Gallese con un tiro de media distancia.
La apatía volvió a gobernar a la Selección argentina en el tramo final del partido, tuvo al cronómetro a su peor enemigo y la desesperación trajo mala toma de decisiones.
Argentina tiene una vida más en unas Eliminatorias de locos y que prometen una fecha definitiva para enloquecer el próximo martes, donde los de Sampaoli deberán buscar un triunfo que por última vez se dio en 2002, con Marcelo Bielsa como DT.
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