Para ser coherente con su forma de trabajar, Sampaoli volvió a despistar sobre el posible equipo que hoy a las 20.30 enfrente a Ecuador en la altura de Quito. En Buenos Aires probó con un 11 sin la presencia de Ever Banega ni Alejandro Gómez e incluyó por ellos a Enzo Pérez y Eduardo Salvio.

 

Sin embargo, anoche en la última práctica que realizó el equipo nacional en Emelec de Guayaquil probó con otras variantes. Con un sistema 3-2-3-2. Volvió a cambiar, para el desconcierto de muchos o casi todos. Al fondo volvió Federico Fazio como último hombre y a sus costados se ubicaron Gabriel Mercado y Nicolás Otamendi. Adelante de ellos un doble "5" con Lucas Biglia y Javier Mascherano (sí, al que el DT aseguró que ahora sólo lo quería de defensor; ¿habrá influido la charla que mantuvieron en Ezeiza?)). Luego se ubicaron el cordobés Emiliano Rigoni, "el Papu" Gómez y Ángel Di María. Como delanteros se ubicaron Lionel Messi y Darío Benedetto. ¿Será ese el equipo para esta noche?

 

A esta altura de la eliminatoria sudamericana, el entrenador parece desconcertado. Cambiando permanentemente el equipo en las pocas prácticas que dispone y quizá mareando a sus dirigidos, quienes no saben hasta último momento qué 11 pondrá el DT, si están adentro o afuera del equipo y con qué compañeros le tocará jugar. Salvo Messi y Romero, el resto es una incógnita.

 

Hoy es una final. Hay que jugarla como tal. Y es muy diferente a las que este grupo disputó en el Mundial 2014 o las últimas Copa América. Esta es para no quedar eliminados. Un hecho que sería histórico y borraría de un plumazo todo lo bueno que hizo esta generación. Por que quedaría marcada como la protagonista de uno de los fracasos más grandes del fútbol argentino.