La verdad fiesta deportiva que brindaron Talleres e Independiente de Quilino en la segunda semifinal de la Liga Ischilín de Fútbol, esconde varios secretos que te detallamos en las próximas líneas.

 

Fuentes allegadas a la institución roja de Quilino, contaron a Mira El Norte, que desde la actual conducción de ese club, a último momento, no quería disputar el superclásico con su archirrival. Uno de los motivos principales era la falta de jugadores, la mayoría de ellos policías, y que estaban abocados a las elecciones presidenciales del Balotaje que se desarrollan al día siguiente en todo el país. Los hombres con los que no contaba Independiente, eran claves para el funcionamiento ofensivo del equipo.

 

Alrededor de ese deseo de postergar el partido, sucedieron algunas cosas raras que pusieron en peligro al encuentro, que tenía un estadio lleno hinchas que esperaban por sus equipos.

 

Cuentan que muchos de los dirigentes del rojo con influencias políticas locales, hicieron de alguna manera desaparecer las ambulancias con las que cuenta el hospital municipal de Quilino con la intención de que no se juegue el superclásico. Por otro lado, los 32 jugadores equipados, listos y concentrados.

 

Hubo llamados para un lado y otro, para impedir que el árbitro del cotejo suspenda el encuentro. Un allegado al rojo de Quilino, contó que altos jefes de la plana mayor de la Policía de Córdoba, fueron molestados telefónicamente para que a través de ellos se impida el partido, cosa que no pudieron lograr.

 

Finalmente, fue la misma policía local quien tuvo que intervenir e ir hasta el hospital para solicitar una ambulancia y trasladarla hasta la cancha de Talleres, donde más de mil personas que desconocían lo que estaba pasando, ya eran parte de la gran fiesta que se vio en dentro y fuera de estadio.

 

Un detalle curioso refuerza aún más este rumor, es la actitud de los jugadores de Independiente que llegaron al predio de “Los Matadores”, y estuvieron cerca de 15 o 20 minutos sin realizar los movimientos pre-competitivos, mientras que los locales ya lo hacían desde hacer rato. ¿Qué pasaba?, estaban esperando la posible suspensión.

 

Inclusive el Jefe de la Departamental Ischilín, el Crio. My. Ceccarelli, expresó su malestar en diferentes medios de comunicación de la ciudad de Deán Funes, por estas actitudes de los dirigentes.

 

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