Los cinco errores arbitrales más determinantes en la Copa del Mundo
La "Mano de Dios" fue sin dudas el error arbitral más grande de la historia.
La historia de los Mundiales es rica, extensa y está plagada de episodios curiosos e inolvidables que, en muchos casos, fueron determinantes en el camino de algunas selecciones. Más allá de los talentosos jugadores que desplegaron su fútbol en la Copa del Mundo, algunos árbitros integran un capítulo importantísimo en la historia del torneo más importante y no precisamente por haber hecho bien las cosas.
Errores tiene cualquiera, pero los cinco que contaremos a continuación dieron la vuelta al mundo y serán recordados por haber dictaminado la eliminación de algunos y la ventaja de otros en la Copa del mundo.
5 – AMARILLA + AMARILLA = UNA VIDA MÁS
Croacia y Australia cerraban su participación en el Grupo F del Mundial de Alemania 2006, y Graham Poll protagonizó uno de los errores más graciosos en la historia de la FIFA. Era un partido como cualquier otro, y el árbitro británico amonestó al croata Josip Simunic a los 16 del segundo tiempo. Media hora más tarde, sobre el final del partido, Simunic recibió la segunda amarilla pero nunca abandonó la cancha, básicamente porque el árbitro jamás le mostró la roja.
Hasta ahí era un papelón, pero la justicia divina llegó apenas tres minutos más tarde, cuando Simunic hizo otra falta y esta vez Poll le mostró la tercera amarilla (para él era la segunda) ahí sí lo expulsó. Del ridículo no se vuelve y el juez británico dejó de ser árbitro internacional luego de ese partido.
4 – MÁS LOCAL QUE NUNCA
En 2002 se jugó el primer Mundial en Asia, en Corea del Sur y Japón. El primero de los dos anfitriones tuvo una participación histórica terminando en el cuarto puesto. Claro, esto no habría sido posible sin la ayuda de los árbitros: en octavos de final, Byron Moreno (Ecuador) anuló mal un gol legítimo de Italia, cobró un penal dudoso para el local en el tiempo suplementario y encima expulsó a Francesco Totti.
Ahn metió el 2-1 y Corea del Sur pasó a cuartos. En esa instancia, se cruzaba con otro gigante de Europa: España. Sin embargo, Gamal Al Ghandour (Egipto) le simplificó las cosas al equipo de Guus Hiddink. Otra vez en el tiempo suplementario, la víctima de la mano oscura esta vez fue La Furia: dos goles anulados y victoria de Corea del Sur por penales.
3 – LO PEDÍS, LO TENÉS
Eran tiempos difíciles en Italia en 1934, cuando en ese país se jugó el segundo Mundial de la historia. Con el dictador Benito Mussolini como máxima autoridad política del país, el resultado no podía ser otro que la Azzurra campeona. Y así fue. En cuartos de final, el dueño de casa se cruzaba ante España y el árbitro belga Louis Baerts permitió que el local empatara por medio de Ferrari a pesar de una fuerte falta al arquero Zamora.
Al día siguiente, el desempate fue dirigido por el suizo René Merced y la ayuda fue todavía más grande: dos goles válidos anulados a España y uno regalado a Italia a pesar de la falta de Giuseppe Meazza al arquero Zamora. El nivel de este árbitro fue tan malo que luego su Federación decidió suspenderlo de por vida.
2 – LA MANO DE DIOS
En el estadio Azteca se jugó el partido más recodado en la historia de la Copa del Mundo. Apenas cuatro años después de una guerra que había tenido a Argentina e Inglaterra enfrentados políticamente en las Islas Malvinas, las dos Selecciones de fútbol se veían las caras en México 1986. Fue el día de Diego Maradona. Ese día, el 10 argentino se transformó en una deidad futbolística para siempre.
No obstante, tuvo una ayuda del tunecino Ali Bennaceur, que fue el único de las 100 mil almas que estaban en el Azteca que no logró darse cuenta que Diego había hecho el gol con la mano ante la salida de Peter Shilton.
1 – EL GOL FANTASMA QUE VALIÓ UN CAMPEONATO
Por primera vez en la historia Inglaterra, país que reglamentó el fútbol y lo hizo profesional, organizaba un Mundial. Fue en 1966 cuando en la final ante Alemania nació una expresión que acompañará al fútbol hasta el fin de su existencia: “el gol fantasma”. Después de un 2-2 en el tiempo regular, llegó la prórroga y la polémica.
El delantero inglés Geoff Hurst le rompío el travesaño al arquero alemán Tilkowski y la pelota picó en la línea del arco, pero el árbitro suizo Gottfried Dienst señaló el centro de la cancha y abrió el camino para el 4-2 final que le daría el único título Mundial a Inglaterra en toda su historia.
Comentá esta nota