El presidente de la Liga Ischilín de Fútbol, Mario Rojo, adelantó su renuncia a fines del año pasado dejando en claro una fuerte diferencia que existía con un dirigente, y también el desgaste normal que provocó la gestión. El anuncio que tenía más pinta de amage, tomó más fuerza este año y parece que es un hecho consumado.

 

La preocupación de la mayoría de los clubes que componen la institución, pasa por saber quién será el sucesor que llevará la delicada tarea de mantener el sacrificado fútbol del norte vigente.

 

Por lo que se pudo saber del tema, los clubes demandarían un presidente en consonancia con lo que requiere la Liga y analizarían muy bien el voto en día se la asamblea, que tiene una fecha tentativa para el mes de abril. 

 

“No vamos a votar a ningún aventurado que ahogue el fútbol en un vaso de agua. Nosotros necesitamos alguien que tenga gestión y continúe con las cosas que se hicieron bien”, expresó dirigente a Mira El Norte. 

 

Por el momento la mayoría de los delegados que son los encargados de trasladar la postura de los presidentes, pretenden que Rojo continúe al frente de la institución que regula la actividad futbolística, hasta se logre consensuar un nombre que esté a la altura de la circunstancias.