Talleres y los motivos de una producción histórica para entrar a los cuartos de final de la Copa
La “T” superó con claridad a Colón y le ganó 2-0 porque cumplió el mejor desempeño de la temporada. El equipo de Caixinha impuso condiciones de principio a fin.
Deportes
07/07/2022
La instancia exigía a Talleres. Adentro y afuera. Debía ser una actuación seria, quizás la mejor. La que correspondía a lo que se jugaba.
Y Talleres pudo. Impuso condiciones sobre un Colón duro y amarrete. El mismo que le propuso un partido chico, como en aquel 1-1 en el Kempes, pero del que Talleres salió haciendo un partido grande, histórico. Casi sin dudas. Al fin.
El partido se planteó en esos términos. Talleres volvió a apostar a la sociedad que proponían los rapiditos Matías Godoy y Matías Esquivel, con la proyección de Gastón Benavídez y la sorpresa que ofreció Alan Franco, quien le ganó el lugar a Héctor Fértoli como novedad.
Era suficiente para mantener a raya a un Colon que flotaba sobre el 0-0 a la espera de que Luis Miguel Rodríguez frotara la lámpara, de alguna avivada de Ramón Ábila o de que la “T” abriera el libro de ofertas en su defensa, como estuvo a punto de pasar en un tiro libre de Luis Miguel Rodríguez al que Herrera llegó antes que Facundo Garcés.
Julio Falcioni ya lo había parado así a la ida y no le importaba hacerlo en “el Cementerio de Elefantes”.
Y fue Talleres, con la sociedad de los Matías, con sus virtudes y sus defectos. Te llevaban hasta el área rival, pero seguían quedando a uno o dos pases de la red. En esa “cancha”, Talleres convirtió en figura a Chicco. Primero, Enzo Díaz dejó solo a Girotti y su cabezazo fue sacado por el “1″ de Colón; después, le sacó el tiro a Esquivel y en el rebote le tapó a Franco. Luego el propio ecuatoriano cabeceó solo y arriba un centro de Godoy.
Pero el negocio estaba ahí, el partido y el pase a cuartos de final. Girotti salía del área y se alejaba del gol, hasta que una vez decidió volver, Godoy lo vio y Talleres fue feliz.
Iban 2 minutos del complemento y el partido seguía siendo el mismo. Talleres gravitaba por derecha, los Matías lo llevaban hasta el área, pero era como si la cancha de Talleres fuera sin arco. Girotti se ubicó donde debe vivir un goleador como él y recibió donde fue el pase del ex-Instituto.
Ahí, cambió el partido para siempre. Colón ya no pudo flotar sobre aquellos patrones que le habían permitido salir airoso del Kempes. Apenas las apariciones de un Bernardi que agarró cansado a Benavídez en un par de regresos. Nadie le dio claridad y solamente un error defensivo albiazul le dio a Ábila la chance de igualar, algo que fue evitado por el arrojo de Rafael Pérez.
Caixinha también movió el banco, y en una jugada arriesgada metió a Favio Álvarez y a Francisco Pizzini en lugar de los Matías para definir un partido que ahora ofrecería más espacios y la desesperación del local. E ingresó Diego Valoyes, que concretó su regreso después de dos meses. El propio Girotti, Favio y Pizzini estuvieron cerca de anotar, pero fue Ángelo Martino el que terminó marcando un 2-0 histórico.
Talleres ganó porque fue el mejor, mucho mejor que su rival. Y disfruta.
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