Villa del Totoral: la ciudad que escuchó por última vez a Fatiga Reynoso
El mítico integrante de Los Manseros Santiagueños dió su último show en esa ciudad, el 6 de agosto. Falleció este lunes a los 80 años.
El folclore está de luto. El bombo vidalero deGuillermo “Fatiga” Reynoso llora la pérdida de su dueño, y el país entero despide con tristeza al más querido de Los Manseros Santiagueños.
Los festivaleros lo saben: cada vez que la banda subía a un escenario, la ovación estaba direccionada a un lugar. “Fatiga, fatiga, fatiga”, coreaba la gente para recibirlos, ante el celo sano de los otros tres manseros que ya estaban acostumbrados a que así fuera.
Villa del Totoral no fue la excepción a ese fanatismo leal a Reynoso. El 6 de agosto, esa ciudad cumplió 156 años y quisieron festejarlo a lo grande. Nunca pensaron que su fiesta pasaría a la historia pero por algo más: ese escenario sería el último que Fatiga pisaría.
El reconocido locutor del norte de Córdoba, Raúl Tiraboschi, contó a Día a Díacómo fue la presentación de Los Manseros en el cumpleaños del pueblo. En aquella oportunidad, Tiraboschi era el encargado de animar la fiesta y percibió de cerca el sentir de Fatiga.
“A penas llegaron, presenté a un número en el escenario y me fui al camarín a recibirlos. Cuando lo veo a Fatiga le dijo: ‘mi viejito lindo, como estás’, nos damos un beso y me dice: ‘me siento mal, como que me falta el aire’”, contó Raúl.
Continuando con el relato, agregó: “Cuando me dice eso, lo acompaño a que se siente a un costado y le empiezo a acariciar la espalda. Despacito para que los otros no escucharan le dije ‘Fatiga, si estás mal no subas a cantar’, y completamente decidido me contestó ‘No, no, hay que subir, hay que subir’.
Previo a que comenzara el show, una enfermera controló al cantante. Allí comprobaron que estaba con palpitaciones y con la tensión un poco elevada. Se acercaba la hora de cantar y asegurando que podía hacerlo, Fatiga subió a las tablas.
La fiesta continuó y horas después, Raúl se enteró del pre infarto que había sufrido Fatiga y que había sido derivado al Sanatorio Allende de Córdoba. Estando en terapia intensiva, Reynoso insistía en que tenía que viajar a Tucumán para cantar allí en una fecha que estaba cerrada hace meses. Lo único que él quería era estar para su gente y poder compartir su música con sus fieles seguidores.
Se recuperó, le dieron de alta, y hasta celebró sus 80 años el 15 de agosto. Las complicaciones de salud que sufrió en Totoral dejaron sus secuelas y este 29 de agosto falleció en el sanatorio Güemes de Buenos Aires, dejando un vacío irreparable en la historia del folcklore nacional, que no hará más que extrañarlo y recordarlo no solo por su talento, sino por su carisma y humildad.
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