Jesús María, día 8: Palavecino encabezó la remontada de público tras la suspensión del jueves

El cantor del Chaco Salteño desandó una treintena de temas en más de dos horas de actuación. 17.500 personas pagaron su entrada y aguantaron el frío de la madrugada.

Festivales 19/01/2019

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Jesús María. Superada la angustia de tener que suspender una noche de festival, Jesús María pudo remontar durante la octava noche con otro lleno y esperanza sobre lo que resta.
 
A las 21, las gradas y tribunas lucían repletas de un público bien surtido en sus conservadoras y con abrigo de refuerzo para una madrugada que esperaba por Chaqueño Palavecino y su costumbre de extenderse sobre el escenario Martín Fierro el tiempo que sea necesario.
 
La tarde fue un regalo para la vista y quienes vinieron por la jineteada no se fueron defraudados. Durante ese tiempo, la postal la estampó el joven acordeonista paraguayo Víctor “Vichito” Echeverría. Con sus 14 años mostró mucha solvencia en la ejecución de la “verdulera” y su sonrisa contagiosa, sumado a un repertorio festivo le hizo ganar generosos aplausos.
 
Los jinetes vienen acusando el rigor de siete noches de dura faena arriba de un reservado. Y aunque no hay lesionados de consideración en esta edición, sí hay muchos golpeados para los que una monta implica un esfuerzo mayúsculo.
 
El campeonato ya se empieza a definir entre los que tienen alguna chance de quedar en el podio y los que no. En bastos con encimera lisa es en donde más parejo está y, con dos montas por delante, incluso hasta el décimo podría trepar arriba.
 
En Crina seguía liderando el actual campeón y el primer brasilero que se consagró en esta arena, Rafael Safons. Realmente un talentoso. De cerquita le seguían Joaquín Ostheguy de Capital Federal y Joaquín Griolio de Misiones.
 
Finalmente, en Gurupa sureña la disputa quedaba entre los seis primeros y con el actual campeón, Maximiliano Bazán, fuera de la chance de repetir campeonato.
 
Llegada la medianoche, hubo un homenaje a Salta, referente indiscutida de un enorme momento del folklore en la década de 1960 que se prolongó hasta 1970. Los ponchos rojinegros poblaron el campo de la doma, y hubo danzas, música, y un emotivo recuerdo que la gente recibió muy bien.

El cantor del Chaco Salteño ingresó en su caballo alrededor de la 1.50 en medio del calor que hizo bajar la tribuna. A Palavecino lo esperaba en el escenario esa enorme pyme que es su banda y que integran 10 músicos. 4 guitarras, 3 violines, bombo, bajo de seis cuerdas y acordeón. Y suena poderosa. También aprovechó el soporte multimedia de la gigante pantalla de fondo para ir proyectando buenas piezas de video.

Desde antes de subir, se sabía que había presentado en Sadaic una lista de ¡31 temas!. Promesa de dos horas de show como mínimo. Y después resultó que tocó algunos que no estaban en esa extensa nómina. Claramente, no faltó ninguno de sus grandes éxitos y la gargantas del José Hernández no escatimaron coros para De pura cepa, A mi chaqueñita, La taleñita, La sin corazón.
 
E hizo un alto para recordar a su mentor y a quien en vida lo proclamó heredero, el "Potro" Horacio Guarany. De él hizo La villerita en una versión que respetó todos sus arreglos originales. Hubo dedicatorias, invitados especiales -gente a la que generosamente promociona siempre Palavecino- y mucha emoción. Para cuando empalmó juntas Amor Salvaje y La ley y la trampa llevaba hora y media de show y saludó como quien se despide.
 
Después, vinieron los bises que son como un segundo show o dura tanto como un show completo. Arrancó con Juan de la calle, A Don Amancio, y Carnaval en La Rioja. Volvería a despedirse y a prometer que seguía cantando si le traían un vinito. Con vino en mano, arrancó el segundo bis con Tenés razón y El dedo en la llaga.
 

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