A medida que se conocía el resultado de las elecciones presidenciales en la ciudad de Deán Funes, el oxígeno en Juntos por el Cambio se tornaba irrespirable.

 

Los guarismos definitivos sentenciaron que la colación se ubicó en cuarto lugar, incluso debajo de Unión por la Patria, que creció y trepó al tercer lugar. 

 

En el análisis post elecciones, varios referentes de peso en la UCR sostienen que la responsabilidad recayó nuevamente sobre los hombros de las diputadas nacionales Soledad Carrizo (UCR) y Adriana Ruarte (PRO). 

 

“Ahora hay que hacer autocrítica. Hay gente que ya cumplió hace años su ciclo e hizo mucho daño. Tiene que haber una renovación de ideas. El objetivo no se viene cumpliendo desde hace varios años y hay que dar un paso al costado o acompañar desde otro lugar”, soltó un dirigente radical experimentado que está detrás de la reestructuración. 

 

En la evaluación tampoco quedaron afuera Radicales Auténticos, a quienes identifican como correligionarios de convicciones flojas.  

 

“No se puede tener la camiseta de Talleres y el pantalón de Belgrano. El radicalismo merece respeto. Hay que conformar un equipo moderno que se ayorne a los tiempos actuales y que no sea una cosa que utilicemos para canalizar nuestras decepciones personales. Estos referentes se merecen estar en la estructura del peronismo”, agregó otro referente paladar negro.  

 

Claudio Tripiana, Anahí Carrión, Jorge “Pato”Clerico, Gonzalo Muiños y Ezequias Lopez son algunos de los nombres que resuenan para comenzar la historia de nuevo. 

 

EN EL PRO

 

En el PRO sucede algo similar, donde las diferencias políticas entre Adriana Ruarte y Mauro Bisquerra llegaron a su punto de ebullición, y militantes desilusionados analizan que el joven líder quilinense es quien debe tomar las riendas en el futuro. 

 

Si bien la estructura del PRO es más reducida que la del radicalismo, los que siguen de cerca los últimos acontecimientos del espacio consideran que Bisquerra se ha mostrado como un hombre con poder de contención profunda y diálogo, una cualidad que no supo desarrollar Ruarte (ni la misma Soledad Carrizo) con el paso del tiempo. 

 

“Sin contención económica y con pura militancia, Mauro Bisquera supo armar una estructura de dirigentes de Juntos por el Cambio en todo el norte que tiene hasta intendentes electos. Ese mismo espacio contiene a referentes y militantes descontentos con Soledad Carrizo y Adriana Ruarte”, consideró una militante de JXC sobre la realidad del PRO. 

 

Al igual que otros referentes de Juntos por el Cambio, Bisquera es monitoreado por la dirigencia provincial de varios espacios para desarrollar sus ideas y proyectos, algo que hasta acá que costó bastante en la coalición. 

 

Desde su entorno deslizaron que el joven dirigente pujará por encabezar el proyecto en el Departamento Ischilín y que, por el momento, no analiza ninguna otra propuesta.