El gris es, por estas horas, el color identitario de Córdoba. Fundamentalmente porque así lucen sus cielos.

 

Hasta la mañana de este miércoles, para casi toda la provincia está vigente un “alerta amarillo” ante la chance de tormentas.

 

Según se desprende de un informe del Sistema de detección temprana del Servicio Meteorológico Nacional, los fenómenos tienen carácter aislado, aunque podrían ser “localmente fuertes”. También se prevén “ráfagas, caída de granizo y actividad eléctrica”.

 

Dependiendo el sector, en tierras cordobesas podrían caer hasta 30 milímetros en total.

 

Eso sí, durante el día, las mínimas apenas bajarán de los veinte grados en algunos puntos.

 

Se estima que en la Capital, las marcas mercuriales podrían extenderse hasta entre los 23 y los 25º.

En otros puntos de la provincia, las condiciones son similares.

 

Con la inestabilidad presente y las nubes bien presentes, la jornada parece marcar un quiebre de camino al verano.

 

En adelante, el mercurio vuelve a crecer con rapidez.