Chingolo Suárez, leyenda del canto santiagueño, fue denunciado por abuso sexual por su hija Paula

La cantora Paula Suárez (hija de una de las leyendas de la chacarera) grabó un video en el que remarca que junto a sus hermanas fueron víctimas de abuso sexual "en nuestra infancia, preadolescencia y adolescencia". Además señaló que "sus víctimas exceden el seno familiar"

Policiales 07/10/2024

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En Santiago del Estero no necesita presentación. Para los amantes de la chacarera tampoco. Para el resto del país: Chingolo Suárez es una de las leyendas de ese género musical característico santiagueño. Y fue denunciado por abuso sexual por una de sus hijas.
 
La cantautora santiagueña, Paula Suárez, a través de un video que publicó para un grupo cerrado y luego se viralizó, denunció haber sido víctima de "abusos por parte de nuestro padre hacia nosotras, abusos sexuales que se extendieron por varios años en nuestra infancia, preadolescencia y adolescencia".
 
Antes de hacer la fuerte revelación, Paula se presentó con nombre y apellido y su profesión. "Mi nombre es Paula Suárez, algunas de ustedes me conocen otras no. Soy cantora, santiagueña. Vengo de una familia de músicos, hermanos, padre, reconocidos", indicó.
 
Añadió: "Hoy me resultaba imperioso contarles un proceso que estamos atravesando, familiar, que tiene que ver con nuestra historia, nuestra historia familiar, una parte de nuestra historia que después de muchos años de silencio, y de la mano de un libro ("Amanecer en violeta") que escribió una de mis hermanas, Mariana (Suárez Gauna), en pandemia, en donde ella empieza a contar esta parte oculta de nuestra historia".
 
Inmediatamente, enfatiza: "La historia cuenta, simplemente, de abusos por parte de nuestro padre hacia nosotras o nosotres, abusos sexuales que se extendieron por varios años en nuestra infancia, preadolescencia y adolescencia. Por supuesto que todo esto tiene una repercusión en nuestra manera de percibirnos, de percibir a los demás, de nuestros vínculos, de nuestras relaciones y nos pareció importante poder comenzar el trabajo de transformación".
 
"Mi padre es Chingolo Suárez, músico, docente. Y sus víctimas exceden también al seno familiar. Me enteraba que Sadaic lo trae como un socio ilustre a sus jornadas de recitales de Sadaic. Eso me dio a mí como una patada en el estómago, como que me retorcí entera de pena, de bronca, de impotencia y dije nuestro objetivo, nosotras, las hermanas, nunca fue cómo denunciarlo, ni escracharlo, ni desearle el mal porque no es por ahí".

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