Salud. Se realizaron por primera vez en Córdoba dos cirugías cerebrales con estimulación de emociones

Tuvieron lugar en el hospital Tránsito Cáceres de Allende y participaron más de 20 profesionales

Salud 03/09/2025

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En lo que constituye un hito histórico para la medicina pública provincial, el Servicio de Neurocirugía del Hospital Tránsito Cáceres de Allende realizó por primera vez dos intervenciones quirúrgicas con estimulación de emociones.
 
La novedosa técnica permite extirpar tumores cerebrales que comprometen áreas relacionadas con funciones esenciales como las emociones, el habla y la cognición.
 
Durante todo el procedimiento, el paciente está completamente despierto, conectado con la realidad y se lo estimula con evaluaciones para conservar y evaluar en tiempo real funciones mentales clave.
 
Ambas cirugías duraron casi tres horas y participaron en ellas más de 20 profesionales de manera simultánea, incluyendo especialistas de neurocirugía, anestesiología, enfermería e instrumentación quirúrgica.
 
“Esto no es solo el servicio de neurocirugía, sino un conjunto de gente que trabaja para brindarle la mejor atención al paciente. Esta intervención se está haciendo en muy pocos lugares, y en el sector público es el primer lugar donde se realiza”, sostuvo Marcelo Barbero, director del Tránsito Cáceres.
 
Cómo fueron las operaciones
 
Las intervenciones se llevan a cabo con el paciente despierto. Mientras tanto, se estimulan áreas del cerebro relacionadas con las emociones mediante técnicas desarrolladas por el equipo de psicopedagogas y neuropsicólogas del hospital. Esto permite identificar y preservar las zonas críticas mientras se reseca el tumor.
 
“Al paciente se le van mostrando imágenes para provocar emociones: una foto de una persona enojada, pensando, llorando, triste o feliz. Después tiene que hablar sobre estas imágenes, emitir una opinión de lo que ve”, le dijo a La Voz Claudio Turco, neurocirujano del hospital y responsable de las intervenciones.
 
Y agregó: “Así se activan las áreas conectadas con las emociones, que están ubicadas en la región frontomedial del cerebro y en el lóbulo del cíngulo. Mientras estas zonas se activan, nosotros vamos resecando el tumor evitando tocar esos lugares”.
Para concretar las intervenciones se utilizaron herramientas de última generación como la neuronavegación, que permite al neurocirujano localizar con precisión las estructuras cerebrales, y el exoscopio, que brinda una visualización ampliada y detallada del campo quirúrgico.
En una de las intervenciones, el paciente presentaba un tumor en la zona derecha, media y profunda del cerebro, que comprometía no solo la función motora del hemicuerpo izquierdo, sino también áreas vinculadas a la regulación de emociones.
 
Según Turco, el paciente se encontraba inicialmente abúlico y apático, situación que mejoró con medidas antiedema antes de la operación.
La otra cirugía implicaba un tumor de mayores dimensiones y profundidad. Invadía el cuerpo calloso, es decir, se esparcía por ambos hemisferios cerebrales comprometiendo estructuras importantes.
 
Pese a su alta complejidad, ambas cirugías no presentaron mayores inconvenientes.

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